Hay una planta, el Equisetum arvense o cola de caballo, que crece principalmente en los bordes de los caminos. Necesita cierta humedad y, de ahí, que le gusten los parajes próximos a arroyos o zonas donde hay agua. Es una especie considerada mala hierba, difícil de eliminar, incluso resistente a los herbicidas. Pero en el fondo es una planta con múltiples beneficios a nivel farmacológico. La acción principal, por su composición química, es la diurética y también actúa sobre el cuerpo regenerando los tejidos y aumentando las defensas inespecíficas del organismo.
No es el momento de ponernos “hierbas”, pero sí debemos reflexionar desde lo más profundo de nuestro “yo” y averiguar qué somos o quiénes somos realmente. Hay momentos, épocas o, en ciertas circunstancias, como la situación que estamos viviendo actualmente, que puede ser que perdamos el trabajo o que el trabajo que habíamos hecho siempre con las mismas rutinas, cambie. Entonces nos ponemos la coraza del ego y surgen todos aquellos pensamientos como: “qué rollo”, “la vida es un desastre”, “no vamos a salir”, “yo no sirvo”, “no lo sé hacer de otra manera”, “estoy totalmente perdido”… y no es así, porque en nuestro interior, aparte de todo lo que vemos exteriormente, lo que piensen de nosotros, de las etiquetas que nos hemos puesto o nos han colgado, tenemos una cantidad de habilidades impensables que podemos ir descubriendo si nos sacamos esa coraza tan pesada y desde hace tantos años.
El Equisetum arvense, por sí sola, no descubrió que, además de ser considerada una mala hierba, tenía propiedades curativas y beneficios farmacológicos. Sabemos que no somos solo lo que dice nuestro CV, ni lo que hemos estudiado, ni de lo que hemos trabajado. Tenemos muchas capacidades que aún no se han manifestado y ahora es un buen momento para descubrir o que nos descubran, qué habilidades todavía deben emerger. No es necesario que este proceso lo hagas en soledad, te invitamos a que, a través de profesionales del coaching, te acompañen, te entrenen con el objetivo de conseguir nuevas metas y desarrollar aquellas habilidades que estaban dormidas o todavía no han emergido.
