“Tres de cada cuatro personas del estado español no se siente feliz con su trabajo actual”. Los últimos estudios son claros, así que las probabilidades de que te encuentres dentro de este porcentaje de laboralmente insatisfechos son altas.
Seguir creciendo, evolucionar y avanzar en la carrera profesional es algo que muchos se plantean, pero solo algunos deciden movilizarse para conseguirlo. Muchos otros siguen sabiendo que tendrían que cambiar, pero lo van posponiendo y posponiendo… o lo que es peor, optan por quedarse en la zona de confort de un trabajo conocido, sin atreverse a asumir el riesgo que implica cambiar y renunciando a todo el crecimiento que les podría aportar un cambio.
Sabrás que es el momento de cambiar cuando sientas que no disfrutas con tu trabajo, que tu aportación cada vez tiene menos peso o valor, el trabajo que haces no tiene sentido para ti, te sientes desmotivado o frustrado, no te sientes implicado con la empresa, tu día a día ha perdido emoción porque se ha convertido en rutinario y falto de aliciente, no estás aprendiendo nada nuevo, te sientes capaz de mucho más, las condiciones no satisfacen tus necesidades personales y/o económicas. Y cuando sabes que te ha llegado este momento, puedes hacer dos cosas: negarlo o aceptarlo. Pasividad versus proactividad.
Pero déjame avanzarte qué sentirás/pensarás cuando te llegue este momento:
Sentirte en zona de confort y pensar que un nuevo reto laboral te haría la vida más complicada.
Miedo a tirarte al vacío y a que el cambio no salga bien.
“Más vale malo conocido…” Valorar la estabilidad de tu trabajo actual y pensar en la incertidumbre que te implicaría un cambio.
Aferrarte a la seguridad financiera de tener cubiertas tus necesidades económicas (hijos, hipoteca, estilo de vida…) y pensar que es un acto de responsabilidad conformarte con el trabajo que tienes.
Pensar que en estos tiempos ser prudente es no asumir riesgos y es preferible adaptarte a tu trabajo, aunque reconoces que es mejorable en muchos aspectos.
Pensar que en tu zona geográfica no hay oportunidades laborales como las que te atraen.
Dudar de tus capacidades reales para asumir un cargo de más responsabilidad, de dar la talla, pensar que quizás no eres lo suficientemente bueno/a.
Ya ves que en realidad todo se resume en pocas palabras: miedo, infravaloración, baja autoconfianza, comodidad, inercia, seguridad.
Sabemos que un cambio profesional no es fácil. El miedo es una emoción humana y natural en estos casos, nos protege y nos ayuda a sobrevivir. Aceptémoslo, aunque lo disfracemos de prudencia para sentirnos mejor. Lo conocido nos transmite seguridad por que es previsible y lo tenemos bajo control. Pero no está bien que el miedo te impida avanzar y encontrar una opción, un camino que podría hacer mejor tu vida, un nuevo trabajo también puede abrirte oportunidades. Que el miedo no te haga conformar con aquello que tienes solo porque lo controlas y te sientes seguro. No te estanques por sentirte seguro.
Tolerar y gestionar la incertidumbre a una situación nueva es la clave. Aunque de entrada puedas pensar lo contrario, has de saber que asumir y superar retos aumenta la autoestima y nos hace sentir más capaces para el futuro. Resolver problemas desarrolla nuestra creatividad y aumenta la autoestima. Además, afrontar nuevas situaciones hace que el cerebro cree nuevas neuronas y sinapsis (plasticidad neuronal), haciéndose más adaptables al medio.
Si has sentido este run-run interno de cambio, pero te invade alguna de las afirmaciones que he nombrado, sé consciente que los pensamientos negativos te inmovilizan y por eso te propongo una sencilla prueba:
Durante UN MES transforma los miedos que te invaden, cuando piensas en un cambio profesional, por estos otros pensamientos: “nuevos retos”, “crecer”, “evolucionar”, “tomar decisiones”, “aprender”, “mejor calidad de vida laboral”, “mejor horario y conciliar”, “incremento salarial” … Focalízate en aquellos que te gustarían o deseas. Visualízate y piensa en cómo te sentirías si lo tuvieras. No solo piensa en ello, haz un paso más: siéntete como si lo tuvieras. Es como un “fingir” ser aquello que querrías ser o estar donde quisieras estar. ¿Te atreves a jugar? En este camino de un mes irás observando cómo te sientes y qué pasa. A lo mejor no cambia nada. A LO MEJOR CAMBIA TODO.
Después, si decides que es el momento de plantearte un cambio profesional, empieza por dar algún primer paso. Explora oportunidades en el mercado laboral, mira con curiosidad diferentes canales y conoce qué puestos se están buscando y cubriendo con personas como tú. Revisa y adapta tu CV para que transmita todo aquello que eres capaz de hacer; no te limites a nombrar tus conocimientos y detalla tus competencias y los éxitos que has conseguido hasta ahora (al mundo ya no le interesa lo que sabes, sino aquello que haces con lo que sabes). Y si necesitas ayuda o consejo, acude a los profesionales que podemos ayudarte. Pero sobre todo, afronta este paso con positivismo y ganas. Como todo, es cuestión de la actitud con la que uno elige afrontar la vida.
Montse Bardají y Bosch, Psicóloga especializada en Investigación y Desarrollo de Talento